En 2022 se produjeron 649 siniestros viales con víctimas en las carreteras riojanas en los que fallecieron 12 personas -10 en vías interurbanas y 2 en urbanas- y otras 73 resultaron heridas graves. Estas cifras representan 6 fallecidos menos que en 2019, año de referencia y previo a la pandemia. Con respecto al 2021, son 2 más las víctimas mortales en accidentes de tráfico en 2022.

La delegada del Gobierno en La Rioja, Beatriz Arraiz Nalda, ha señalado hoy lunes durante la presentación del balance provisional de siniestralidad vial 2022 en La Rioja que una de los objetivos más importantes de dar a conocer estos datos es seguir trabajando “para atajar las causas, reducir los fallecimientos y heridos graves y contribuir también a concienciar a la ciudadanía sobre el drama de los siniestros viales y sus dolorosas consecuencias”.

“No son solo números. Son personas que han perdido la vida o han sufrido heridas graves en la mayoría de los casos de forma evitable y detrás de cada una de ellas hay mucho sufrimiento”, ha insistido.

Analizando los datos de las víctimas mortales en vías interurbanas y urbanas durante el año pasado en La Rioja, la delegada del Gobierno ha explicado que de las 12 personas fallecidas, 9 eran conductores o pasajeros que circulaban en coches o furgonetas, 2 peatones y 1 conductor de motocicleta.

 “Es llamativo comprobar que 1 de cada 3 de las víctimas mortales que circulaban en coches o furgonetas no utilizaban el cinturón de seguridad en el momento del accidente. Una vez más insistimos en que un simple gesto, como ponerse el cinturón, salva vidas y lesiones muy graves”, ha destacado.

En este sentido, ha explicado que el cinturón es el elemento más importante para la seguridad pasiva porque es el único freno del cuerpo en caso de impacto, tanto para el conductor como para el resto de pasajeros, tanto en los asientos delanteros como traseros. Sin este dispositivo, por ejemplo, en un choque a 80 km/h contra un objeto rígido los ocupantes del coche se verían lanzados hacia delante con una fuerza 80 veces superior a su peso.

Por su parte, la jefa Provincial de Tráfico, Beatriz Zúñiga Reinares, ha hecho hincapié en la importancia de que toda la sociedad se conciencie de la importancia de respetar las normas de tráfico y seguridad vial.

Ha concretado que de los 12 fallecidos el año pasado, 7 eran conductores, 3 eran pasajeras -una joven de 20 años, otra de 18 años y una niña menor de edad- y 2 peatones. “Estos datos demuestran que en la carretera y en las vías no estamos solos, que deben y debemos respetarnos y al final, las conductas y actuaciones contrarias en seguridad vial, pueden afectar a nuestra vida, a la de los que nos acompañan en el vehículo y a la de resto de usuarios de la vía”, ha insistido. Por ello, ha añadido que “todos podemos ser víctimas de un accidente de tráfico”.

En cuanto a colectivos vulnerables, Zúñiga Reinares ha concretado que de los 12 fallecidos, 2 eran peatones y 1 conducía una motocicleta, por lo que 1 de cada 4 fallecidos, era vulnerable.

Por otro lado, ha apuntado que el consumo de alcohol y/o drogas fue causa directa del accidente en uno de los siniestros mortales. Pero además, en 6 de los accidentes con víctimas, el consumo de alcohol y/o drogas fue causa directa y en otros 23 siniestros más, un 13,9 % del total, la influencia del consumo de alcohol y/o drogas en el accidente fue clave.

“El mensaje que desde las décadas de 1980 y 1990 no se cansa de pronunciar la DGT es ‘si bebes no conduzcas’ y la ‘única tasa en carretera debe ser 0,0’. En pleno siglo XXI, sigue siendo necesario que los recordemos y concienciemos de que del no consumo de alcohol o drogas en la conducción”, ha subrayado.