El paro se redujo en La Rioja en 2.300 personas durante el segundo trimestre del año, para bajar a una tasa de desempleo de 10,1 por ciento con 15.200 parados. Dicha tasa supone una bajada de 1,1 puntos con respecto al trimestre anterior (11,2), según los datos publicados hoy por el INE correspondientes a la Encuesta de Población Activa (EPA).

Tal y como ocurriera el pasado trimestre, la crisis del coronavirus ejerce una influencia clave en la evolución del desempleo, mostrando cómo La Rioja fue capaz de recuperar, en este segundo trimestre de desescalada hacia la nueva normalidad, el terreno perdido durante el estado de alarma y consiguiente congelación de la economía; si bien mantiene el escenario de incertidumbre de los últimos meses.

Con este dato, La Rioja se coloca como la tercera región de todo el país con menor tasa de desempleo, y a 5,22 puntos de la media nacional. El descenso del paro (de 17.500 a 15.200 personas) es del 13,4 por ciento, y representa un descenso también en la comparativa interanual, del 2,4 por ciento, con 400 desempleados menos. La tasa de paro masculina es del 10,44 por ciento y la femenina del 9,71 por ciento. Asimismo, la región cuenta con 2.300 parados menores de 25 años de edad y con 6.000 mayores de 45 años, el 11,76 por ciento menos que hace un año.

Estos datos hablan de una acogida positiva del mercado laboral a la reactivación de la economía y las diferentes medidas implantadas tanto desde el Gobierno de La Rioja como del Gobierno central, aunque la dinámica regional sigue dibujando un escenario que aún lucha por su recuperación, tal y como muestra el dato de descenso de 3.700 ocupados con respecto al trimestre anterior, para quedarse en 135.100 personas. La población activa bajó el 3,9 por ciento, que pasa a ser de 150.300 personas, 6.000 menos que el trimestre anterior.

Este descenso se debe a diferentes factores derivados de la pandemia, y fundamentalmente reducidos a la bajada general de la actividad económica y la escasa generación de nueva actividad: a causa de ello, se retrasa la incorporación al mercado de trabajo de nuevas personas (principalmente jóvenes), no se compensa por ello la evolución de las jubilaciones, y se contabilizan asimismo el cese temporal de actividad de trabajadores autónomos. La tasa de actividad en este trimestre bajó el 2,32 por ciento, para ubicarse en el 56,79 por ciento.