El comité de empresa de la Fundación Hospital de Calahorra ha hecho público un comunicado en el que advierte «impericia e imprevisión ante la epidemia por COVID19″ añadiendo en este sentido que » la impropia pasividad por incomparecencia de la Consejería de Salud ha sido suplida por el buen hacer de los propios profesionales de FHC».

El Comité de Empresa hace alusión a que la semana pasada (viernes 28 de febrero) alcanzó gran notoriedad el viaje que por motivos personales realizaba una compañera pediatra del Hospital de Calahorra (FHC) al noroeste de Italia (Milán-Bérgamo), precisamente, como es sabido, la zona geográfica situada entre la Lombardía y el Véneto considerada “zona cero” europea de la infección por el virus COVID19 y foco activo de la misma, donde en la actualidad se han tomado severas medidas de cuarentena, cerrado establecimientos públicos (cetros educativos, empresas…), vaciado eventos deportivos, etc.

El caso de nuestra compañera se ha hecho “viral” (que no vírico) en RRSS y ha alcanzado amplio eco en los medios de comunicación regionales, y hasta nacionales, por ejemplo: 

• En primer lugar, es obligado señalar que de dicho viaje se había dado cumplida información a la Dirección de FHC antes de su inicio, precisamente para facilitar la adopción de las medidas preventivas correspondientes.

La reincorporación al trabajo de la compañera estaba prevista para hoy, viernes, 6 de marzo.

Pero todo lo que se trasladó a la plantilla hasta ayer mismo fue que no era necesaria la adopción de ninguna medida en especial.

Ello sorprendió a los profesionales de FHC, buenos conocedores de la situación científica y de los protocolos existentes. Dado que nuestra compañera volvía de una zona de riesgo declarado, no se sabe si contagiada o no, sus compañeras especialistas en pediatría, y otros facultativos de FHC consideraban necesario valorar la situación, no sólo porque se trabaja con un número elevado de pacientes y usuarios (niños enfermos y recién nacidos sanos, siempre, además, acompañados por muchas otras personas, sus familiares, padres y/o abuelos) sino también y sobre todo porque en el caso de los centros sanitarios se obligatorio ser particularmente exigente en la prevención aun cuando sólo haya habido “contacto casual” con personas infectadas y la reciente experiencia del hospital de Txagorritxu, tan cercana tanto en el tiempo como geográficamente, así lo demuestra: el contagio de un facultativo lo extendería al resto de la plantilla amenazando, fundadamente, con desbaratar la actividad misma de un hospital que debe, precisamente, atender a los potenciales enfermos. El riesgo de parálisis de FHC sería real y mucho nos tememos, basándonos en la experiencia propia, que de darse el caso aquí la Consejería de Salud de La Rioja no sería capaz de suplir a nuestros profesionales ni de reaccionar con la celeridad con que lo ha hecho Osakidetza en el vitoriano centro de Txagorritxu., con cuyos profesionales hemos mantenido constante contacto a título particular.

Recuérdese que el hospital de Txagorritxu ha llegado a declarar 11 positivos con 200 personas monitorizadas, un centenar de ellas sanitarias, siendo la ‘paciente cero’ una única doctora del servicio de medicina interna que trabajó cinco días en contacto con colegas y pacientes y que luego estuvo varios días más de baja antes de confirmarse su positivo, sin que se activara el protocolo para evitar contagios.

Por ello, conociendo perfectamente los riesgos y sus consecuencias, a todos sorprendió en FHC que desde Logroño no se reaccionase con prontitud y que finalmente se le comunicase el pasado martes, día 3, a la compañera regresada de Italia, que podía incorporarse a su puesto de trabajo como pediatra sin mayores medidas de protección y que sólo en el caso de desarrollar síntomas avisase de ello.

Y sorprendió porque se esperaba, como es obvio, un proceder similar al que ya se ha tenido en ocasiones previas en que ha habido desplazamientos humanitarios de nuestros profesionales a zonas pandémicas(por ejemplo en África), es decir, que se le realizase el test al llegar, activando el protocolo de aislamiento de ser positivo o incorporándose al trabajo en caso contrario.

Acercándose la fecha de reincorporación, hoy jueves día 6 de marzo, sin tener noticia alguna de las autoridades sanitarias riojanas, el resto de pediatras de FHC y otros especialistas, preocupados por la falta de adopción de medidas preventivas, viendo que la compañera proveniente de Milán-Bérgamo acudiría a trabajar “normalmente” hoy jueves 6 de marzo por tener programada consulta de pediatría y guardia durante el fin de semana), solicitaron por escrito en la mañana de ayer (09:00 horas) y a través de registro, para dejar constancia documental de ello, poniéndolo también en conocimiento del Comité de Empresa de FHC, que se les detallasen oficialmente las medidas que deberían tomar a la vuelta de la compañera para evitar en lo posible la transmisión en caso de que estuviese contagiada (ya que aunque ahora sea asintomática ello no implica que no lo esté) pues todos los facultativos comparten además de pacientes, también material médico, despacho, habitación de guardia, baño de guardia, consulta….

Desde el Servicio de Pediatría de FHC señalaban, con buen criterio, que de no adoptar medidas preventivas se expondrían a un potencial riesgo que consideraban relevante y prevenible y que, de no actuar, podría tener graves consecuencias para los pacientes y el propio hospital pues en caso de positivo serían consideradas “contacto estrecho” y deberían, por ello, permanecer todas las pediatras en cuarentena, así como el resto del personal sanitario en similares circunstancias, y eso sin contar con una nueva infección y otro foco de transmisión.

• Pese a lo obvio de la prevención requerida, desde Logroño la Consejería de Salud hizo caso omiso de la denuncia interna de las pediatras de FHC y a las 10:00 de la mañana de ayer seguían indicando que se procediera a la reincorporación de la compañera regresada hoy jueves sin adoptar medida alguna.

Sólo tras conocer que la situación sería objeto de denuncia pública por la representación de los trabajadores de FHC a petición de la plantilla y de que ya se había extendido el conocimiento de la situación, sólo entonces, presionados por ese temor a la transparencia, sólo dos horas después, en torno a las 12 del mediodía de ayer, desde el servicio de Medicina Preventiva del SERIS cambiaron diametralmente su criterio e indicaron a nuestra compañera retornada desde la “zona cero” del foco de infección en Italia que no se incorporase a trabajar durante los próximos 14 días, que -aunque sin aislamiento domiciliario- evite los lugares concurridos, si bien no le realizarán la prueba RCP (reacción en cadena de la polimerasa) por no presentar síntomas. 

El resto de la plantilla asumirá las consultas de la compañera así como las guardias y carga de trabajo hasta el próximo día 18. Al menos el riesgo ha sido afrontado, finalmente de forma correcta. Probablemente no haya habido contagio, así lo deseamos todos, pero una vez identificado el riesgo, pudiendo este suponer la paralización de servicios enteros del hospital, era una negligencia absoluta no adoptar las medidas preventivas necesarias.

• Denunciamos la imprevisión e impericia de la gestión de este episodio desde la autoridad sanitaria regional. Y debemos subrayar que no ha habido interlocución con ningún responsable de la Consejería, desaparecidos todos, sólo con otros profesionales del Servicio de Medicina Preventiva del SERIS.

• Durante esta semana se han actualizado los protocolos de aplicación a la potencial pandemia por COVID-19 y la situación en España ha variado significativamente. De hecho, ayer jueves 5 de marzo, La Rioja amanecía con 7 casos declarados, se elevaban a 11 a media mañana y eran 17 al finalizar el día, llegando a ser nuestra comunidad autónoma actualmente la región con mayor índice de afectados de España (5,4 casos/100.000 habitantes frente a la media española de 0,7 casos por cada cien mil habitantes).

Si se trata de un profesional sanitario facultativo que ha tenido un “contacto casual” con infectados no basta con el genérico “deber de autocuidado” y la recomendación de “procurar el teletrabajo” (¿se pasa consulta de pediatría desde casa?) pues de confirmarse el contagio ello afectaría al conjunto del centro sanitario donde se prestan servicios, razón por la cual es necesario en estos casos adoptar medidas preventivas adecuadas y específicas

La plantilla de FHC no está alarmada, ni mucho menos y sabe perfectamente lo que hace y lo que debe hacer.

Por eso mismo, cuando identifica un riesgo fundado lo afrontamos debidamente.

Lo que la plantilla de FHC no ha hecho antes, ni va a hacer ahora, ni nunca, es callar ante la ineptitud política u ocultar a los ciudadanos la verdad porque es precisamente la verdad la mejor medicina frente al miedo.

Pueden tener los ciudadanos de la Rioja Baja la seguridad de que desde que cruza la puerta del hospital entonces sí estarán en buenas manos. Otra cosa es la gestión desde instancias políticas, desparecidos todos ellos, a los que no se ha visto en FHC y que han debido ser forzados a actuar correctamente por la propia plantilla. Llueve sobre mojado.